TELARES PAÑOS Y MANTAS


El citar una fecha concreta que se identifique como propietaria del día en que se comenzaron a crujir los telares de Torrejoncillo, seria apresurarse a calificar este trabajo de menos longevo de lo que realmente puede ser. El hablar o escribir de los telares, lleva consigo el hablar o escribir de la historia de Torrejoncillo, ya que ineludiblemente, ambas cuestiones van unidas. El resumir los 242 años de los que hay una constancia certera y documentada del trabajo de los telares, que no sabemos a que fecha o época se remonta esta labor en Torrejoncillo, es una difícil cuestión que se nos plantea, y que es imposible detallar en tampoco espacio, aunque si entraremos en esta historia repleta de avatares, lo haremos de forma superflua, pero será de gran interés leer este documento que José Serradilla Núñez, Torrejoncillano, Letrado de la Diputación Provincial de Huelva, Ex - Magistrado, remitió a esta asociación para que lo editáramos en la revista El Telar, igualmente la Asociación Cultural hace extensiva una recomendación: En Noviembre de 1991, esta asociación publico una revista referente a “Conferencias Torrejoncillanas”, así como un suplemento que recogía la investigación de Juan García Pérez, Profesor Titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura, Facultad de Filosofía y Letras, y cuyo titulo era “Del trabajo del Telar a la Emigración a las Américas, Crisis-Quiebra de la fabrica de paños en una población, Torrejoncillo, de la Alta Extremadura”. Hasta el día de hoy, este es, sin duda alguna, el mejor documento editado que recoja tan explícitamente la historia de los telares Torrejoncillanos, su auge y su declive.

Una de las cuestiones que antes de entrar en los distintos casos particulares hay que aclarar, es la diferencia entre el Telar de paños y el Telar de mantas. Ambos llevan el mismo mecanismo, pero el telar de paño es doble de ancho que el de mantas. En el de paño trabajan dos personas, el maestro y el “ayua”, mientras que en el de las mantas trabaja solamente una persona. El telar de paños tiene dos pedales o “exprimieras”, y el telar de mantas tiene cuatro.

Igualmente hay diferencia entre los paños y las mantas, ya que los paños eran tejidos en liso y mas ralos, mientras que las mantas tienen infinidad de labores.

PAÑOS

En el trabajo del telar de paños, y como ya hemos reseñado anteriormente, intervienen dos personas, el maestro y el “ayua”, situados uno a cada lado del telar. El maestro tenia la misión de pisar para abrir la urdimbre y darle a la campana para apretar el tejido, y cogía la lanzadera con la derecha, que la lanzaba hacia la otra parte donde la recogía el “ayua” con la izquierda y la devolvería al maestro, al mismo tiempo este se encargaba de la canilla y otra lanzadera para cuando se terminase la canilla con la que se estaba tejiendo, lanzarla sin detención. Los paños se tejían muy ralos, y la urdimbre y la trama eran de lana. Para que quedasen fuertes y apretados, había que abatanarlos, cuya labor se hacia en los batanes. Consistía en echar agua caliente sobre el paño, y al mismo tiempo golpearlas con unos mazos hasta que quedaba hecho un cuerpo. El Tejido de los paños se hacia siempre en liso, no llevaba labores y eran utilizados para la ropa de vestir.

Dentro de o que es la fabricación de paños, intervenían varias maquinas o herramientas, como paso previo a la confección de los mismos en el telar, estas eran:


Batual: para romper el vellón de la lana.

Diablo: descomponía la lana que había entrado en el batual.

Carda: hacia que saliera la lana como un rollo de algodón.

Carda Mechera: la carda se metía en ella y salían las mechas, se enrollaban en un palo y se subían arriba a un telar que era el que tensaba la madeja y salía hecho el hilo.

Carruchera: mujeres que cogían esas bobinas y las iban devanando, luego eran llevadas a las aspas, que las hacían madejas.


Dentro del juego de colores utilizados para los paños, estaba el blanco, negro y marrón. La mayoría de la gente que iba al rió a lavar las lanas, ya que como se decía, “cada casa tiene su pequeño telar”.

También era en el rió donde se teñían las lanas, aunque había mucha gente que las teñía en sus propias casas. Antiguamente se teñían con motores manuales de carbón, y posteriormente, con la llegada de la luz eléctrica, con motores eléctricos. Había también un batan para abatanar los paños.

Una vez lavados los vellones de lana, o la lana en si, las mujeres se sentaban en la “zamorana”, que era una especie de mesa con una criba cuya utilidad era limpiar las impurezas de la lana.

Enfrente de lo que hoy en día es el Bar “Las Hiedras”, había un huerto caracterizado por los escalones del terreno. Pero además, se daba la curiosidad de que el sol pegaba durante todo el día en esa zona, por lo que los pañeros torrejoncillanos lo utilizaban para secar los paños en los tendederos naturales del terreno, los escalones que allí existían y existen.

El oficio era transmitido desde la infancia, y el material fabricado quedaba en Torrejoncillo o se llevaba fuera. Los paños fabricados aquí se llevaban a Bejar para refinarlos.

La decadencia de los paños en Torrejoncillo, vino a consecuencia de la llegada del telar mecánico, que los industriales de aquí no quisieron introducir, por lo que poco a poco tuvieron que ir dejando de fabricar, debido, como es de suponer, a la poco rentabilidad y a la competencia tan terrible de los mecánicos.

Hubo sin embargo una oportunidad de recuperar la industria del textil en Torrejoncillo, y esto fue como consecuencia de la guerra civil, ya que las fabricas de tejido en España, se encontraban en la zona roja, como Barcelona, Valencia etc. Y he aquí que vino gente del Gobierno de Franco y propusieron a los dueños de telares y fabricas de hilar que se empezase a trabajar, con lo que había, de momento, para hacer ropa para el ejercito, y que mas tarde traerían maquinaria de Alemania, pero los principales se negaron, alegando diversos motivos, como que si perdían estos la guerra, los otros tomarían repesarías, etc. (Esto ultimo ha sido recopilado por Pedro Clemente , ya que su padre fue uno de los llamados al ayuntamiento, como todos los trabajadores del ramo, para hacerles la proposición descrita).Los trabajadores, estaban dispuestos, pero los propietarios de las fabricas no, que no se quisieron disponer a dar este paso, que hubiera favorecido, sin duda, la prosperidad de los paños torrejoncillanos.

Lo que debería seguir a continuación, es el documento referido a don José Serradilla Núñez, que nos introduce mas profundamente en los paños de Torrejoncillo, pero dando lo extenso del documento, si estas interesado, os emplazamos a las paginas 40, 41, 42, 43,44,45,46,47,48 y 49 de la revista El Telar de 1994, que podrás encontrar en una de las secciones de este blog, y que creemos que debes leer, pues historia pura y dura de nuestra localidad.


MANTAS

En el telar de mantas, trabajaba un solo tejedor, la urdimbre que se utiliza habitualmente es de algodón crudo, y la trama puede ser de cualquier cosa, desde tiras de trapo hasta el estambre más fino, pasando por toda clase de fibras. El telar de mantas tiene cuatro pedales o “exprimieras”, con las cuales se hacen infinidad de labores y tipos de tejidos. De cordoncillo, de labor, espiguilla, la de venera o de dos corros, tejidos de la rosa grande, rosa pequeña, ladrillos de lazo, el “enjardinado”, (este tejido se hacia con seis perchadas, y por supuesto con seis exprimieras).

Las prendas que se fabrican, son de una gran variedad, y las mas tradicionales, son las siguientes: mantas, alforjas, colchas, alfombras, tapijos, bolsos, mantas de caballo, sobrenjalmas, etc..

Hemos de reseñar, para aquellos desconocidos del tema, que la diferencia de las prendas resultantes de los telares de mantas, no necesitan ningún proceso posterior como sucedía en los paños. Por ello no necesitan ser abatanados, ni ser trasportados para darles brillo, etc. Todo lo fabricado con los telares de mantas, pueden utilizarse una vez terminados.


Para poder tejer las mantas que un mantero hace, se requiere una experiencia proporcionada por los años de oficio, en lo que se aprende ha hacer un tejido uniforme, una orilla bien rematada y al mismo tiempo, combinar los colores y todo tipo de labores. Es, como vemos, un trabajo caracterizado por el dominio de la técnica, y de la destreza individual.

Al igual que sucede con otros oficios, en la mayoría de los casos, este oficio se sucede de padres a hijos, y tiene una connotación familiar.

En la actualidad, dedicarse a pleno rendimiento en esta variante artesana conocidísima en nuestra localidad, no la hay, pero no hemos perdido aun esta estirpe, y aun, y por afición, y por que no decir por algún que otro encargo, resisten al olvido de nuestro pasado:

PEDRO Y LALO CLEMENTE
ALEJANDRO LOPEZ

Texto recopilado de la revista El Telar de 1994.

Foto MALM realizadas en la feria del caballo a productos y maquinaria de Pedro Clemente.

VINELUDAPEJUMI

1 comentario:

Merce dijo...

Hola mi nombre es Mercedes soy estudiante de moda, estoy interesada en las telas que se publican en esté post si alguien lo lee que se ponga en contacto conmigo...

Muchas Gracias